¡Feliz Lunes!
-¿Que tiene de feliz un lunes? pues, que hay libros por leer-
Les cuento: a mi hermano menor le encanta tomar mis libros sin permiso. -Solo lo hace para fastidiarme porque al ver que no son como sus cuentos y no tienen dibujos, los tira-. Me puse a pensar dentro de cuanto podría comenzar a leer para comprarle libros de verdad, haber si dejo de ser yo la oveja lectora de la familia. Y me encontré con una información interesante...
El hecho de esperar hasta los 6 años se explicaba de la siguiente manera: un niño no podía aprender a leer hasta haber alcanzado un grado de madurez suficiente como para asimilar esos conocimientos. Modernas investigaciones han demostrado que la madurez que adquiere un niño depende directamente de la estimulación que ha recibido a lo largo de los primeros años de su vida. Y el lenguaje escrito es una forma tan válida de estimulación como cualquier otra. Actualmente se le ha dado la vuelta a la tortilla: la lectura no espera a que el niño haya madurado sino que se ofrece lectura para ayudarle a madurar. Y los resultados son excelentes.
Los bebés aprenden a hablar, a andar, a correr, a relacionarse con el mundo a lo largo de los tres o cuatro primeros años de vida. ¿Por qué durante esa etapa? Porque sus capacidades psicofísicas se lo permiten y porque su cerebro está ávido de recibir información que le permita conocer el entorno que le rodea y relacionarse con las personas que tiene cerca. De la misma manera que aprenden todas esas cosas, los niños pueden aprender a leer, ya que a partir de los dos años de edad el desarrollo cerebral del niño permite incorporar la información lectora.
Lo que varía enormemente entre el aprendizaje de la lectura a los 6 años o a los 2 años es la técnica que se emplea.

El niño de dos años necesita, para acostumbrarse al lenguaje escrito y comenzar a leer, disponer de unas palabras lo suficientemente grandes y atractivas como para captar su atención así como buenas dosis de entusiasmo y cariño por parte de sus padres.

La lectura es la puerta de entrada al conocimiento, la información y la imaginación. Por eso cuanto antes podamos penetrar en ese universo mucho mejor. La mayoría de problemas relacionados con la lectura no surgen por empezar a leer pronto sino por aprender mal. Por supuesto un niño puede aprender a leer antes de los 6 años, pero resulta imprescindible saber cómo hacerlo. Actualmente ya son miles los niños que, a través de adecuados sistemas en el Parvulario y de las sesiones con sus padres, aprenden a leer a los 3, 4 o 5 años. Para estos niños resulta muy gratificante leer de forma autónoma a una edad temprana ganando en seguridad y confianza. Además, vivir el descubrimiento de la lectura con nuestro propio hijo puede ser una experiencia muy satisfactoria que estreche los lazos afectivos de toda la familia.
¡Dentro de poco ya podremos ver a mi pequeño inmerso en el mundo de la lectura!
-Pero mis libros no se tocan ¿eh?- Me gustaría haber comenzado a leer desde antes, pero nunca fue algo que me instruyeran mis padres. Estoy segura que a mis hijos no les faltará su propia estantería apenas hayan nacido -Pero para eso falta mucho tiempo ¿no?
¿Que piensan al respecto?
Nos leemos.
Besos.
A
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